¡TU SUPLICA TAMBIEN ES NUESTRA!
El Corazón del Dios Trino escucha con ternura cada clamor del alma. Si algo inquieta tu corazón, deja tu intención en las manos de Dios, nosotras la acogeremos en silencio y la ofreceremos en nuestra oración, como incienso que sube al cielo.
En la Eucaristía, en la adoración y en cada ofrenda del día, tu intención vivirá con nosotras ante el nuestro Dios Uno y Trino.